Es en una meseta de Portugal, en Beira Interior, donde se encuentra la Quinta do Cardo, entre el paisaje protegido de la Reserva Internacional del Duero y la aldea histórica de Castelo Rodrigo.
Situada a 750 metros de altitud, esta tierra se caracteriza por el granito, el esquisto, los ríos, las montañas, los valles fértiles y la abundancia de agua. El nombre Quinta do Cardo proviene de los cardos lecheros de la propiedad, que se utilizaban para la producción de queso en Beira Interior. Su presencia aún hoy hace que el paisaje de la finca sea característico y exuberante, en variaciones de colores que van del lila al dorado. Las casas y la bodega originales, situadas a la entrada de la Quinta do Cardo, están marcadas por arquitectura sencilla y coloquial de colores fuertes. En el resto de la zona encontramos sencillas construcciones de piedra seca, como la Casa do Forno, situada en medio del viñedo, o la pequeña capilla dedicada a San Antonio, cerca de Vinha da Capela. Los primeros viñedos de se plantaron en 1932 y la calidad de los vinos ha sido reconocida constantemente a lo largo de los años. El silencio, la calma, el lento paso del tiempo marcan este entorno privilegiado. Es aquí donde se producen algunos de los mejores vinos portugueses, en un país con una historia vitivinícola que se remonta a la época romana.